CARTA A LAS FAMILIAS DE LA CONSEJERA DE EDUCACIÓN MARINA LOMBÓ


                      


                      Santander, 19 de abril de 2020

Queridas familias:

Se inicia este lunes un periodo lectivo realmente excepcional. Se reanuda el curso en un momento de incertidumbre para toda la sociedad y de muchas dificultades para una buena parte de ella.

Os hice llegar, a través de vuestros centros, una carta como esta cuando se suspendió la docencia presencial. No estaba entonces en la mente de ninguno de nosotros que, más de un mes después, no sólo las aulas estarían todavía cerradas, sino que además no podría aún trasladaros cuándo podrán volver vuestros hijos e hijas a ellas. No lo sabemos. Esa es la realidad.

Y aunque, lamentablemente, esa incertidumbre no la podemos aún resolver en estos momentos, sí quiero transmitiros un mensaje de tranquilidad y una certeza en lo referente al ámbito educativo: ningún alumno se verá perjudicado por las circunstancias derivadas de esta crisis sanitaria y vuestros hijas e hijos estarán, como lo han estado hasta ahora, acompañados por sus docentes y por los equipos directivos de sus centros.

Administraciones educativas, comités de directores, organizaciones sindicales, representantes de las familias… todos hemos trabajado estas semanas para poder sentar las líneas principales de cómo será este final de curso. Todos los centros han recibido ya las instrucciones que, dentro de su autonomía, cada docente a las necesidades y realidades de su alumnado. Como no puede ser de otra manera, les corresponde a ellos concretar cómo discurrirá este periodo de formación no presencial, pero el marco será común para todos: se flexibilizarán las programaciones y los currículos de este curso y del inicio del próximo, así como las evaluaciones.

No hubiese sido realista plantear un final de curso en los términos en los que estaba diseñado al inicio del mismo, porque esta crisis sanitaria y la suspensión de la docencia presencial lo ha cambiado todo.

Lo más importante durante este tiempo es acompañar al alumnado y procurar que no pierdan ni la rutina ni el hábito de estudio. Y eso se está consiguiendo gracias a la implicación de los docentes y a la labor que, algunos en situaciones muy complejas, realizáis en vuestros hogares.

Termino ya. Y lo hago agradeciéndoos vuestra comprensión durante este difícil proceso y transmitiéndoos el deseo que compartimos todos: que esta situación pase cuanto antes y los más de 94.000 alumnos cántabros puedan volver pronto a llenar cada rincón de nuestros centros educativos.

Un cordial saludo,

Marina Lombó Gutiérrez  
Consejera de Educación, Formación Profesional y Turismo

RESILIENCIA


Queridas familias:
Los días de confinamiento van pasando y queremos destacar el buen funcionamiento que entre todos (alumnos y alumnas, familias y profesorado) estamos consiguiendo. ¡Seguid así!
Somos conscientes de que en esta situación muchas pueden ser las dudas e incertidumbres que nos atenazan a todos. Son momentos difíciles en que las emociones pueden ser muy intensas y difíciles de manejar. Sin embargo, si lo miramos desde otro punto de vista, puede ser una oportunidad para compartir en familia, para hacer todo aquello que no tenemos tiempo de hacer en el día a día, para encontrarnos con nosotros mismos y aprender a valorar las pequeñas cosas…  
Por ello, queríamos compartir con vosotros la siguiente historia que os pueda servir para reflexionar. Trata acerca de la “resiliencia” que es la capacidad de resistir y superar la adversidad.

¿Zanahoria, huevo o café?


Una hija se quejaba con su padre acerca de su vida y lo difíciles que le resultaban las cosas. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba      un       problema,    aparecía       otro. Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre  fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre. A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un tazón. Sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente. Mirando a su hija le dijo:
- "Querida, ¿qué ves?"
-"Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro. Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma. Humildemente la hija preguntó:
-"¿Qué significa esto, padre?"
Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte, dura; pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"- ¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta,
¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable? ¿Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido te has vuelto duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
¿O eres como un grano de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren.


¡RESISTIRÉ!


Estimado alumnado, estimadas familias:

El claustro de profesorado del cole os queremos hacer llegar el siguiente vídeo para apoyaros y enviaros nuestro cariño en esta etapa que nos ha tocado compartir. Porque al final…Somos una gran familia.

Esperamos de corazón que os encontréis bien y reiterar que para cualquier duda o para aquello que creáis que os podemos ayudar, podéis contar con nosotros y nosotras.
¡Resistiremos!

Un abrazo muy fuerte y cariñoso.

                                                           El profesorado que tanto os echa de menos.